IMAGINO

IMAGINO

Imagino
que estamos unidos en este momento,
sin que nos separen tantos kilómetros de vacío,
en el desierto de la inexistencia,
en este Shangri-La en que se convierte mi mente
cuando nos imagino unidos por la carne,
lubricados por nuestros fluidos,
cuando siento el calor de la lluvia de la ducha
golpearnos inclemente y sensualmente en la piel
mientras nuestros labios se unen
en un ósculo sonoro y húmedo.

Turbado por el deseo de tu piel,
anhelante por el sabor de tu flujo en mi boca,
trémulo como la hoja al viento,
intento no perderme en mis sentidos,
pero eso es un imposible,
es una falacia que me digo
en un triste intento por no ceder a mis impulsos,
pero que es lo que realmente quiero hacer.

Te penetro despacio,
sin prisas,
deleitándome en el recorrido
de mi verga entre tus piernas,
mientras nuestros labios
se convierten en inquietas mariposas
que acarician nuestras mejillas,
nuestros ojos,
nuestros cuellos,
derramando palabras obscenas
y oscuros deseos
en las cuencas de nuestros oídos.

Me guías con tu mano firme
a la entrada de tu placer,
el pórtico de tu cuerpo
en el que mi guerrero púrpura ha de entrar
para encontrar el vellocino de oro,
el Santo Grial que se oculta
entre tus húmedos pliegos,
acariciando mi espada
a lo largo de toda su longitud,
masajeando mi escroto
entre tus dedos nerviosos,
elevándome a nuevas sensaciones,
haciéndome desear ser más animal
de lo que ya lo soy,
obligándome a controlarme una vez más.

Me agito contra tu cuerpo,
intentando refrenar los caballos de la lujuria
que cabalgan desbocados por mi vientre,
sintiendo el dolor en mis piernas
porque estoy sosteniendo el peso del universo
sobre mi verga
en este maravilloso momento,
pero no quiero desfallecer,
no sin antes exprimir nuestros placeres,
mientras los gemidos de tu boca
son el grito de ánimo que necesito
para no cejar en mi empeño.

El divino placer acude a nosotros simultáneamente,
ransformándose en un aullido de placer en tus labios
mientras el lobo que llevo en mi interior
gruñe furioso y excitado,
mientras mi verga palpita
entre los prietos pliegos de tu vulva
durante unos instantes
antes de que la saques
y la empuñes como una espada en tu mano,
agitándola para alejar a los demonios que nos acosan,
apurando aún más mi placer
entre tus firme dedos.

Con las piernas trémulas,
me postro ante ti
para tomarme este trago
que guardas en la bodega de tu cuerpo,
llena de mi semen,
mezclándose lo dulce y lo salado en mi paladar,
un amargo toque final al fondo de este trago
que ameniza cada sorbo que tomo de ti
mientras aúllas más y más alto,
golpeando mi rostro con tu pelvis,
suplicándome que pare
mientras te aferras al aire
y tus piernas se estremecen
a punto de dejarte caer,
con la lluvia cálida de la ducha lamiendo tu piel
y tus pezones erectos apuñalando el aire
cada vez que te conmueves
por la acción combinada
de mis labios y mi lengua
en tu vulva.

Impaciente y nerviosa,
no me dejas terminar de rebañar
el néctar que se acumula alrededor de tu clítoris
y hundes el puñal de mi falo en tu boca,
en una versión actualizada de Julieta,
para beber de mí las últimas gotas de mi éxtasis.

En silencio,
sin decir nada,
dejas que el juego de tus labios y tu lengua
lo diga todo,
succionando cada milímetro de mi verga,
extrayendo las últimas gotas remolonas de mi esperma
para beberlas con la ansiedad
de la ambrosía de los dioses.

No quiero abrir los ojos,
no quiero abandonar esta fantasía
en la que imagino que es tu cuerpo
el que me calienta,
y no el agua de ducha,
en la que son tus dedos
los que me manejan,
y no mi mano la que me masturba.

SADE - Haunt Me

© Copyright 2014 Javier LOBO. Todos los derechos reservados.