RELATO "VENID A POR MÍ"

Relato "Venid a por mí", originalmente publicado en "Secretos de R'Lyeh" el 26 de marzo de 2015.
Espero que lo disfrutéis.

Sugerencia musical: Wolf Suite (part 1), de Danny Elfman (The Wolfman OST)



VENID A POR MÍ

Corro, casi sin aliento, hendiendo jirones de niebla, atravesando las tinieblas para alejarme del horror.

Corro, con los pulmones ardiendo en mi pecho, con miedo a mirar atrás, sintiendo sus pasos cada vez más cercanos a mí, con las armas preparadas, listos para abrir fuego en el mismo instante en que me vean, con los dedos prestos a apretar los gatillos en cualquier instante.

Me ha engañado.

Me he dejado atrapar por ella, por su belleza, por su encanto, hechizado como si estuviera bajo el influjo de las notas del flautista de Hamelín.

Esta vez ha sido Caperucita la que ha atrapado al lobo sin necesitar ayuda alguna, va a ser ella quien devore su carne y se ría ante su pellejo sanguinolento colgado ante el fuego para que secar cuanto antes la sangre adherida, la que le escupa a su calavera sin ojos con el más profundo de los desprecios.



Necio.

Estúpido necio...

Conozco el bosque muy bien, pero esta niebla no es normal. Así que corro a ciegas, sintiendo el frío de la noche mordiendo mi piel mientras el sudor me empapa, haciendo que la sensación térmica sea aún peor.

Entonces me tengo que para en seco.

Estoy al borde de un precipicio.

Malditos sean, malditos sean todos ellos.

Yo no tengo la culpa de ser así, de cargar con este peso, con esta maldición que se perpetúa en mi sangre desde tiempo inmemorial.

Esta noche está maldita, es como si vinieran a reclamarme desde el mismísimo Averno, exigiéndome el pago de mi alma.

Escucho su voz, con ese timbre de seductora que la caracteriza.

"Ven, lobito. ¡Sólo queremos jugar contigo!", se ríe.

Maldita sea...

Miro al cielo, en busca de un consuelo que sé que no encontraré, en busca de un refugio que me es negado, y me llega, por entre la niebla, el reflejo de plata del rostro de mi madre.

Selene me mira desde las alturas, con su rostro apenado, impregnado en una profunda tristeza.

Está bien, si así lo quieren, que así sea...

Lo libero. Dejo salir a la bestia que aguarda en mi interior, la criatura que no cesa de llamarme bastardo, cobarde, inútil. Me ruge para que le libere, para que suelte fuera todo el poder que representa, toda la ira y la furia que aguarda ardiendo en un fuego latente en mi interior.


Surge el vello hirsuto. Me crujen los huesos. Mi piel se estira y se vuelve más densa, más dura. Veo surgir las garras en mis manos y el hocico emerger, prominente, ante mis ojos.

Escucho una voz a mis espaldas.

"¡Está ahí!", escucho chillar con miedo un instante antes de que las primeras balas pasen a mi lado aullando como arpías y la noche se llene de agudos estampidos.

El aire huele a pólvora.

También huele a ella.

Pronto olerá a sangre.

Con el último atisbo de humanidad que me queda, me giro hacia ellos y les aúllo a pleno pulmón: "¡Venid a por mí!".

Y me arrojo sobre ellos, abrazando mi destino sin miedo, con absoluta fiereza.

© Copyright 2015 Javier LOBO. Todos los derechos reservados.


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