TÚ ME ENSEÑASTE
Tú me enseñaste a respetar y ser honesto,
a ser firme en la adversidad
y a no dejar a nadie atrás.
Tú me enseñaste a disfrutar de la vida
en sus matices más ínfimos,
que no hace falta grandes lujos
ni pompas extraordinarias para ser feliz.
Tú me enseñaste a perdonar,
y a perdonarme,
pese a que siempre me ha costado.
Tú me enseñaste cuánto me querías,
pero qué poco te lo mostré a ti.
Tú me enseñaste que siempre estabas ahí,
pese a que nunca supe verte.
Qué gran árbol eres,
y qué pobre gusano soy yo.
© Copyright 2014 Javier LOBO
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