ES MI DECISIÓN

ES MI DECISIÓN

Me siento preparado,
a cada instante que pasa más,
dispuesto de nuevo a vestir
la armadura de la amargura y el dolor,
a cruzar los campos carcomidos por el fuego,
sembrados de cadáveres y de lágrimas,
con las semillas del rencor y la aflicción,
y el perfume de los bajos instintos del hombre
inundando el aire.

Estoy dispuesto
a blandir la espada de la justicia y de la confianza,
del deber y el honor,
del servicio al pueblo
en el que renuncié voluntariamente
a mi libertad
por el bien de los demás,
en donde el servicio bien cumplido
es la única gratitud que uno recibirá,
donde la soldada escasa
es recortada por las manos cobardes
de los usureros burócratas,
y donde las gentes de bien
temerosas de las sombras del mal
nos exigen los sacrificios que,
cada vez menos,
algunos no están dispuestos a efectuar.

Sé que me encontraré solo en el campo de batalla,
rodeado de enemigos,
propios y ajenos,
entre mis filas y en las vanguardias enemigas,
pero no me importa.
Tiritaré bajo la lluvia,
el yelmo del deber ceñido sobre la faz,
la respiración profunda,
los músculos preparados,
y dispuesto a caer en el campo de batalla,
de sangrar una vez más,
vendiendo cara mi derrota ante mis enemigos,
con la única satisfacción del deber cumplido
y de que esta profesión,
ingrata y despreciada por mis congéneres,
es una pasión libremente aceptada
que abracé con orgullo.

Bajo la lluvia sentiré frío,
aferraré con fuerza mi espada,
dispuesto a protegeros,
aunque me cueste la vida.

Inicio mi última carga,
con el valor como escudo,
desnudo como un berserker,
contra mis enemigos.

Es mi decisión.



© Copyright 2014 Javier LOBO

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