SABOR A TINTA
Las palabras tienen sabor a tinta,
el aire huele a ceniza,
el sol se pone raudo y azorado,
y surge la luna plateada sobre mi cabeza,
mirándome con su rostro de payaso en perpetua pena,
y las estrellas me susurran qué plasmar en este espacio.
Las palabras tienen sabor a tinta,
y un cuervo me mira con su ojo oscuro
y me susurra horrores ignotos e innombrables,
grandes aventuras y pasiones,
de la vida y del amor,
de la tristeza, el llanto y el dolor,
con su graznido atronador
y su majestuosa figura
como guardián y musa de la inspiración.
Las palabras tienen sabor a fresa,
a besos húmedos e intensos,
al salado del sexo,
poseen olor a melocotón las pieles,
y hacen arder en las entrañas por el deseo.
Las palabras tienen sabor a sol y a salud,
a bienestar y a alegría,
con las flores susurrándome
que alce la mirada y mire el cielo,
con las nubes invitándome a pasear entre ellas,
con el mar llamándome a zambullirme en sus aguas,
con los animales como amigos y maestros.
Las palabras saben a tinta
y yo soy su esclavo,
servidumbre libremente aceptada
y dependiente a ella
hasta el delirio y la sumisión.
Adoro
que las palabras tengan ese
sabor a tinta.
© Copyright 2014 Javier LOBO
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