PACTEMOS

PACTEMOS

Cerremos este acuerdo,
hoy,
en este momento.
Te gusta el incentivo
y el anhelo de firmarlo
te consume,
quieres sellar esta iniciativa tuya
a la que mi voz ha dado respuesta.

Pactemos.

Tendrás el poder y la gloria,
serás deseado y envidiado
a partes iguales,
no conocerás la miseria
en ningún momento,
todo en tu vida
será el resplandor de la luz.

Pactemos.



No sufrirás
enfermedad ni padecimiento,
el dolor pasará
por delante de tu puerta
sin llamar en ningún momento,
no se derramarán saladas lágrimas
por tus mejillas
que te recuerden lo fútil
de la existencia humana,
el simple parpadeo
en el que se puede llegar a convertir
la existencia física del hombre
en el correr del tiempo.


Pactemos.

Estás dispuesto
a pagar el precio de tu vida
cómoda y placentera,
banal y vacua,
en la que tu existencia
dejará una impronta
que creerás imperecedera,
un ejemplo a seguir
por el resto de tu género.

Pactemos.



Hablemos
de las condiciones de pago,
que durarán toda la Eternidad,
sin plazo fijo ni fin de entrega,
en el que sufrirás
cuanto no sufriste en vida,
donde no alcanzarás
Gracia ni Redención,
donde sólo conocerás
oscuridad, frío
y llantos quejumbrosos.


En el que tu alma
será mía
por siempre jamás.

Sólo tienes que firmar
con tu sangre
esta piel de nonato
que te tiendo
y estrechar mi garra,
dejando que la marca de Caín
te señale a los ojos del mundo
para que nadie te toque,
que sea el estigma del azufre
el que te arrastre a mí
cuando te toque comparecer ante mi presencia
y abonarme el pago de lo así estipulado.

Así pues...

Pactemos.



© Copyright 2014 Javier LOBO

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