DÓNDE ESTOY

DÓNDE ESTOY

¿Dónde quedaron
los puros azules,
las nubes glotonas,
el dorado brillar del sol?

¿Dónde quedaron
las puestas de sol escarlatas,
los anaranjados amaneceres,
dónde se fueron las noches
de negro perfecto?

Este lugar no es fresco
como el recodo de un arroyo.
Es oscuro y frío,
desapacible como una tumba,
el desasosiego me invade
y me carcome
royéndome lenta y pausadamente.

¿Dónde quedaron
los colores de la paleta divina,
dónde las sensaciones
en mi piel y en mis cabellos,
adónde se escondió la brisa?

Me rodean figuras
que se ocultan en la sombra,
la luz que alumbra mis ojos
es apenas un haz mortecino y difuso.

¿Por qué
en vez de trinar de aves
escucho llantos?
¿Por qué
en vez del arrullo de algún riachuelo
sólo escucho uñas rascando paredes?
¿Por qué
mis sueños han pasado
de ser placenteros
a ser desapacibles?

¿Dónde está mi cuarto,
refugio de mi soledad,
fuente de mi inspiración,
hoguera que alumbraba mi alegría
para que no se perdiera
en la tristeza de la oscuridad?

Desconchones en las paredes
son ahora mis posters,
de heces cubiertas
en vez de pintura,
enmoquetados los suelos
de colillas y jeringuillas...

Y,
con un hilo de voz
asomando por el horror de mi boca,
derramando
el exiguo caldo
de lo que un día fuera mi alma
por entre mis labios,
un susurro...

¿Dónde estoy?

© Copyright 2014 Javier LOBO