SABOR A MAR

SABOR A MAR

Te recuerdo
con el sabor a mar en los labios,
con la brisa peinando mis cabellos
y el sol besándome la piel.
Me enamoré de la sensación
de pisar tus cubiertas,
de contemplar
el lejano infinito de tus azules
tumbado ante un mirador,
con la mirada perdida en la lontananza
en un intento por encontrar
el horizonte sin resultados,
sin prisas,
sin estrés,
sin preocupaciones.



Arribé a las costas de la bota
que fue cuna
de nuestra civilización moderna,
herederos directos
de sus formas de gobierno,
curtidos legionarios
que pisaron la tierra
con imparable orgullo
hace más de mil años.



Disfruté de los paseos
por ciudades encantadas
en las que el tiempo
parecía haberse detenido,
caminando entre los genios del pasado,
donde el Renacimiento se apostaba en cada esquina,
encantando cada muro,

cada vidriera,
coleccionando sus sabores y sus olores,
sus colores,
su apariencia inmortal
avanzando a contracorriente de la modernidad.

El tiempo se había detenido,
y yo con él,
y en ese detenernos,
con el sabor a mar en el paladar,
pude disfrutar de paz.



© Copyright 2014 Javier LOBO

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