EL MIRADOR

EL MIRADOR

Sentado al borde del mundo,
en este mirador apartado,
dejando la mente en blanco,
olvidando el ayer,
intentado borrar el presente,
quiero dejar de pensar
en el mañana que aún no ha llegado,
para concentrarme en el ahora,
en este mismo instante.

Me siento diminuto
ante la inmensidad de la vista,
quiero apartarme de todo,
y se genera en el alma
un sentimiento de vacío
en el que quiero regodearme,
en el que el deseo de perderme
es tan intenso

que me quema las carnes
y el alma intenta salir
desesperada por el pecho.

La Naturaleza me mira
devolviéndome mi mirada,
como dijo el filósofo,
y siento que el cosmos
se encuentra alineado en perfecta conjunción
y que yo formo parte de él,
una pieza que encaja
sin resaltar ni estorbar
en ese engranaje maravilloso.

Los olores se intensifican,
el aire es más puro,
las tensiones se convierten
en oro líquido
que chorrea por mis miembros,
desapareciendo por entre
los resquicios de la roca
hasta un lugar
que nunca avistaré.
Me limpia y me purifica este lugar,
me hace sentir despejado
y a gusto conmigo mismo,
sin reproches ni vergüenzas,
y adhiere a mi corazón
el sentimiento de pertenencia
de quien, por fin,
ha vuelto al hogar.

© Copyright 2014 Javier LOBO